"El capitalismo ha formulado su tipo
ideal con la figura del hombre unidimensional. Conocemos su retrato:
iletrado, inculto, codicioso, limitado, sometido a lo que manda la
tribu, arrogante, seguro de sí mismo, dócil. Débil con los fuertes,
fuerte con los débiles, simple, previsible, fanático de los deportes y
los estadios, devoto del dinero y partidario de lo irracional, profeta
especializado en banalidades, en ideas pequeñas, tonto, necio,
narcisista, egocéntrico, gregario, consumista, consumidor de las
mitologías del momento, amoral, sin memoria, racista, cínico, sexista,
misógino, conservador, reaccionario, oportunista y con algunos rasgos de
la manera de ser que define un fascismo ordinario. Constituye un socio
ideal para cumplir su papel en el vasto teatro del mercado nacional, y
luego mundial. Este es el sujeto cuyos méritos, valores y talento se
alaban actualmente"
M.Onfray
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