Rokovoko. Una isla muy lejana hacia el oeste y el sur. No está marcada en ningún mapa: los sitios de verdad no lo están nunca. Hernan Melville.

viernes, 28 de febrero de 2020

Queer: una teoría para romper el feminismo, por Teresa Galeote


La historia nos muestra que los derechos conseguidos por las mujeres es fruto de su constante lucha feminista. No debemos olvidar a las que han sido detenidas, torturadas o asesinadas por mantener su constancia en la defensa de los derechos de la mujer; “porque ellas fueron nosotras somos”. 


Actualmente, el postmodernismo y su mejor aliado, “la intoxicación del lenguaje”, están introduciendo conceptos muy equívocos en la ciudadanía, como acostumbra el neoliberalismo. Dado el auge que el Feminismo está teniendo en todos los frentes y su incidencia en la sociedad y en la política, el sistema económico, en amoroso idilio con la cultura patriarcal intenta romper el feminismo y para ello las categorías hombre y mujer deben ser suprimidas. Y aparece la teoría QUEER para ayudar.

Si el SEXO es una realidad biológica en hombres y mujeres, del GÉNERO no podemos decir lo mismo, ya que dicho término se gesta y nace en la cultura patriarcal; cultura que establece la conducta más apropiada en la sociedad para cada sexo. Han sido las feministas las que se han introducido en el estudio de la génesis y desarrollo de dicha cultural para hacerla visible. Dichos estudios han aportado la información necesaria para reflexionar sobre la incidencia que los comportamientos culturales han generado en la sociedad androcéntrica, tan discriminatoria para las mujeres. Nada ocurre por casualidad; existen causas profundas que se han perpetuado a través del tiempo y que aún perduran.

La realidad biológica de la mujer, en cuanto a maternidad, crianza de hijos e hijas, ha sido el argumento utilizado para apartar a la mujer de una vida plena en sociedad. A partir de esta realidad biológica se ha construido toda una ideología que ha mantenido gran desigualdad por razón de pertenecer a un sexo u otro, situando a las mujeres en un papel secundario, subordinado, complementario en el mejor de los casos, y en otros considerándola un ser inferior. La humanidad de las mujeres reconocida en la cultura patriarcal les exige tener a otros como motivo y fin de la propia existencia.

El Patriarcado* se basa en el androcentrismo, (centralidad del hombre) que considera a éste intelectualmente superior a la mujer, el más capaz y, por ello, legitimado para tener el monopolio del poder. La misoginia es “aversión, odio a las mujeres”. Así pues, nos encontramos con una cultura que condiciona lo que debe ser el hombre y la mujer. Dicho pensamiento se manifiesta también en la homofobia, el cual considera que la heterosexualidad es natural, superior y positiva, y por antagonismo, supone que la homosexualidad es antinatural. La importancia de situar el Patriarcado dentro de la historia reside en que, como producto histórico y social que tuvo un origen tendrá también un final si las mujeres seguimos recuperando nuestra historia y construyendo nuestro futuro.
En este sistema, donde el máximo beneficio cuenta más que los derechos humanos, algunas teorías pueden contar con los cómplices adecuados, colaboraciones interesadas que esperan sacar réditos políticos o económicos
Paralelamente a la caída de la Unión Soviética, se produce El Pacto de Washington, de 1989. El concepto fue acuñado por el economista británico John Williamson, y en cual se definían medidas económicas neoliberales para hacer frente a la reducción de beneficio en los países occidentales tras la crisis económica de los años setenta. Dichas medidas estaban impuestas a los países del Sur por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

En ese contexto, la estadounidense, Judith Butler, establece en la teoría QUEER la ruptura con el determinismo biológico de las categorías hombre–mujer. Dicha teoría comenzó a difundirse en los años 90, erigiéndose como liberadora del determinismo impuesto por el sexo, que ha logrado meterse, como Caballo de Troya, entre el movimiento feminista para desprestigiarles y confundirle. Extraña liberación que pretende poner en duda a la mujer como sujeto histórico del Feminismo. Durante décadas se buscó el gen responsable de la diferenciación sexual y, en 1990, al fin se encontró en el cromosoma Y, un gen al que se conoce como SRY, al que se atribuye la formación del testículo. Las hormonas sexuales (estrógenos en la mujer o andrógenos en el hombre) complementan la diferencia de los sexos.

Con la teoría Queer estamos ante la confusión reinante y con ella el “androcentrismo” se refuerza. Cierto es que hay personas que no se sienten bien en sus cuerpos biológicos (disforia), que sufren por ello y necesitan ser atendidas. Sin duda, toda persona tiene derecho a vivir su sexualidad como considere oportuno y tener la ayuda adecuada desde las administraciones del Estado. Al igual que las luchas feministas, la lucha del movimiento gay ha dado su fruto, consiguiendo ciertos derechos y la consecución -en muchos países- de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo. Pero otra cuestión, bien distinta, es aceptar el “geycapitalismo” que defiende la cosificación de la mujer a través de la prostitución, la pornografía o los vientres de alquiler. No puede entenderse como libertad, aquello que causa esclavitud. Según la ONU, la prostitución es la esclavitud del s. XXI y, por tanto, una violación de los derechos humanos. Intentar separar la prostitución de la trata de mujeres con fines sexuales es dar oxígeno a la prostitución, ya que ambas son eslabones de una misma cadena.

Y qué decir de la ley de transgénero que el nuevo gobierno quiere implantar. ¿Derechos? Ahora se está usando su posición históricamente discriminada como lobby pro-derechos liderado por transexuales; hombres que se creen mujeres, se metieron en las filas feministas como si fuesen aliados. Los trans pueden conservar su aspecto masculino abiertamente porque ser mujer se ha convertido en una experiencia individual y una mera autodeclaración. Ellos mismos dicen “no tienes que tener disforia para ser trans”, “no tienes que hormonarte ni operarte para ser trans”, y por lo tanto el ser mujer no significa nada, basta que un hombre diga que se siente mujer.

“Progenitores gestantes y progenitores no gestantes”. Y de nuevo surge la complicidad del neo-lenguaje, ¿que nos está anunciando dicha terminología? ¿Por qué se anula la palabra mujer? ¿Acaso ya no existe la mujer gestante? El cuento de la criada, de Margaret Atwood, nos relata una distopia futurista, donde las mujeres fértiles pasan a ser esclavas reproductivas.

No es ningún secreto que hay ferias de gestación subrogada y agencias que tramitan la compra de bebés a la carta, que existe un catálogo para que los consumidores elijan “en qué vasija se va a gestar el bebé”, y existen las granjas estabuladas de mujeres en determinados países. ¿Casualidad? Con este entramado de intereses, como NO dudar de las buenas intenciones de dicho lobby y de la complicidad de ya pone el lenguaje a su servicio. La persistencia de los mensajes acaba creando opinión en la ciudadanía, pervirtiendo el concepto de MUJER GESTANTE por “progenitor gestante”– “progenitor no gestante”. De esto sabía mucho Joseph Goebbels, jefe de propaganda de Hitler y en la actualidad, crear pensamiento de nuevo cuño no necesita mucho esfuerzo, ya que el aparato de propaganda del capitalismo es muy potente.

El materialismo histórico es importante para comprender la realidad y combatir tanta mezquindad, pero la nueva oleada idealista nos invade para trastocar la solidez de los conceptos, convirtiéndolos en “significantes vacíos”. Pretenden conseguir una población despolitizada, dormida para el análisis de la realidad; “una sociedad líquida”, como afirmaba el sociólogo, recientemente fallecido, Zygmunt Bauman, una sociedad entretenida con el consumismo y el espectáculo permanente.

En este sistema, donde el máximo beneficio cuenta más que los derechos humanos, algunas teorías pueden contar con los cómplices adecuados, colaboraciones interesadas que esperan sacar réditos políticos o económicos. Cada derecho que ganamos las mujeres nos acerca a la emancipación de las clases populares, ya que ser feministas en el neoliberalismo arrastra otras luchas que se enmarcan en los derechos humanos; entre otros, la inmigración y el imperialismo; éste último como la máxima expresión del patriarcado.

*La creación del Patriarcado, Gerda Lerner; historiadora feminista y antropóloga estadounidense, (1920- 2013) La creación de la conciencia feminista complementa la obra citada. 

https://federacion.republicanos.info/2020/01/18/queer-una-teoria-para-romper-el-feminismopor-teresa-galeote/

https://www.nuevatribuna.es/opinion/teresa-galeote/queer-teoria-romper-feminismo/20200115151434170109.html

Shadowmeld Photography

lunes, 24 de febrero de 2020

Hombres “TERF”, por Lluís Rabell


No nos corresponde a los hombres, por muy feministas y solidarios que nos declaremos, opinar sobre cómo deberían las mujeres gestionar sus movimientos o conducir sus debates. Y no sólo por causa de nuestra tradicional inclinación a colonizar esos espacios, ejerciendo sobre ellos paternales “protectorados”. No sólo por eso. También por una razón más actual e inquietante: es perceptible que asistimos a toda una ofensiva cultural y política destinada a forzar parcelas de privacidad duramente conquistadas e incluso a desdibujar a las propias mujeres como sujetos de un combate emancipador. Una parte de la izquierda se muestra permeable a esa ofensiva o se deja arrastrar por ella. Otra parte permanece perpleja y llena de dudas. Se intuye, sin embargo, que la disputa por decidir el semblante del feminismo del siglo XXI condensa los grandes problemas en que se debate nuestra sociedad.

Tampoco hemos sido necesarios para establecer ese diagnóstico. Lo han hecho voces muy destacadas del feminismo radical. Lo que quizás podamos aportar sea información útil “del otro lado”. O, dicho de otro modo, cómo son percibidos entre los hombres los debates en curso. Y hay que empezar recordando algo que puede parecer una obviedad, pero que resulta de la mayor importancia: hombres feministas son aquellos que han sido convencidos por la crítica y la lucha de las mujeres feministas. Algo que nunca les pusimos fácil. Ni siquiera en las filas de las organizaciones revolucionarias o del propio movimiento obrero. Pertenezco a una generación militante que ha sido testigo de la lucha denodada que tuvieron que librar las mujeres para tomar la palabra. La paridad dista mucho de ser una realidad en numerosos y decisivos ámbitos, es cierto. Pero invito al lector a echar un vistazo a las fotografías de Mayo del 68, a los testimonios gráficos de sus multitudinarios mítines y asambleas: rara vez veréis una mujer en la tribuna de oradores. Sin embargo, estaban allí, en el corazón de la revuelta. Como eran el alma invisible de tantas huelgas. Tuvieron que pelear para hacerse oír. Y tuvieron que organizarse de manera autónoma para construir su pensamiento y afianzarse frente a un entorno hostil. Quienes conocimos aquellos difíciles años no podemos por menos que sorprendernos ante la frivolidad de sectores que hoy reclaman la apertura de esos espacios a hombres que dicen sentirse mujeres. No se trata de discriminar a nadie: toda subjetividad es respetable y los deseos, legítimos. Pero por si solos no fundamentan derechos exigibles y, aún menos, invasivos, cuestionando los de otros colectivos. ¿Por qué sucede esto ahora, cuando el mundo asiste a una nueva oleada de violencias contra las mujeres?

La imagen de los hombres que se refleja en el espejo de Venus acostumbra a ser poco halagadora. El feminismo impugna radicalmente la superioridad en que hemos sido socializados. ¿Cómo entender entonces que el 8 de Marzo proscriba el debate sobre la prostitución y legitime esta vieja institución patriarcal hablando de “revuelta puteril” y “trabajo sexual”? ¿Acaso debe reconocerse a los hombres el derecho a comprar el cuerpo de las mujeres? ¿Puede una sociedad avanzada tolerar la existencia de una reserva de mujeres cosificadas, disponibles para satisfacer las ansias de dominación masculina? Desde hace siglos, el feminismo ha venido sosteniendo que tal privilegio debía ser abolido. ¿Ha dejado de ser así en la época del capitalismo global? Si es posible comprar a una mujer, tampoco habrá igualdad para las demás. Si admitimos que la pobreza o la discriminación étnica habilitan para transformarlas en mercancías, jamás habrá justicia social para el resto de la humanidad.

Por eso resulta tan nociva esa exaltación posmoderna de una subjetividad que desdibuja las clases sociales y que hace de la mujer una vaporosa construcción, perdida en un caleidoscopio de identidades intercambiables. Muy al contrario, el feminismo radical nos enseñó que la mitad de la humanidad vive sojuzgada en razón de su sexo; que millones de niñas están, desde su nacimiento, destinadas a la ablación, a cubrirse la cabeza, a someterse a los hombres o a estar por debajo de ellos incluso allí donde las naciones han alcanzado una igualdad jurídica formal. Ese feminismo hace de la mujer una categoría y un problema político. Por decirlo de algún modo, nos interpela en nuestra condición de beneficiarios de un orden ancestral; nos agarra por las solapas, nos zarandea y nos sitúa ante nuestras responsabilidades. Más aún: con sus investigaciones en el campo de la sociología, de la economía política, de la antropología, de la filosofía, con sus aportaciones en todos los ámbitos científicos y culturales – algo de tal alcance que aún nos falta perspectiva histórica para apreciar -, el feminismo radical ha sido decisivo para entender el mundo y concebir los parámetros y condiciones de su transformación socialista. Es ese feminismo el que ha sabido desentrañar la simbiosis entre la crueldad del patriarcado y la voracidad del capitalismo tardío y tecnificado.

Pero, ¿qué feminismo es aquel otro que, lejos de cuestionar nuestra masculinidad dominadora, nos invita a ser desenfadados clientes de la prostitución o consumidores compulsivos de pornografía? ¿Cómo es posible que feministas históricas – como Celia Amorós, Amelia Valcárcel, Rosa Cobo, Victòria Camps y tantas otras académicas y escritoras – al igual que toda una generación de activistas feministas que han consagrado su vida al combate por la igualdad y que han estado en primera línea de todas las causas sociales y democráticas – empezando por los derechos de los colectivos LGTBI – sean hoy tildadas de retrógradas e incluso acusadas de difundir un discurso de odio? No hay confrontación de ideas, sino descalificación y terrorismo verbal en ese diagnóstico de fobias vergonzantes que supuestamente aquejarían a quienes no comulgan con la teoría queer. A riesgo, pues, de engrosar las filas TERF (1), permítaseme permanecer fiel a la tradición ilustrada, al pensamiento crítico y materialista. Y al anhelo emancipador que da sentido al combate de la izquierda… y que sin el feminismo radical no sería.

Lluís Rabell
           18/02/2020
(1) TERF: acrónimo de “Trans-Exclusionary Radical Feminist”

https://lluisrabell.com/2020/02/18/hombres-terf/

jueves, 20 de febrero de 2020

La valentía de las mujeres mexicanas. Movilización para exigir justicia por el feminicidio de Ingrid Escamilla. También se exigió una disculpa pública por parte de los medios que exhibieron sus fotografías. Ciudad de México, viernes 14 de febrero 2020












"Desde este espacio queremos agradecer a las compañeras mexicanas la valentía y la contundencia de los actos tras la difusión, por parte de los medios de comunicación, de las fotografías de Ingrid Escamilla donde aparecía descuartizada, tras ser víctima de un feminicidio. En México"

 ""Se cometieron durante 2019 casi 3000 feminicios. La situación es insoportable.

Agradecemos profundamente algo que deberíamos estar haciendo en cada rincón del planeta.

Algunas están bailando, de batucada o tejiendo gorros rosas para sus marchas. Otras, entre tanto, se la juegan"


"A las hermanas mexicanas admiración y respeto. Ojalá nos levantáramos todas con su valentía"  
 
 

lunes, 17 de febrero de 2020

Médicos sin Fronteras alerta de la crisis humanitaria de los inmigrantes centroamericanos hacinados en México





La oenegé sanitaria denuncia las situaciones de violencia que padeden los centroamericanos mientras esperan para pedir asilo

"Lo que les cuentan antes del viaje no es nada comparado con lo que sufren en la ruta; empiezan por ver desde el tren, en el suelo, los huesos de la gente que se quedó". Es un extracto del relato de una psicóloga de Médicos Sin Fronteras (MSF), que responde a la identidad de Eulalia, desde un centro de atención en el estado de Veracruz, en México. Su testimonio forma parte del informe de la organización sanitaria titulado Sin SalidaEl exhaustivo trabajo pormenoriza las penurias de los inimigrantes que, prodecentes del triángulo norte de Centroamérica -El Salvador, Guatemala y Honduras-, camino de Estados Unidos, quedan atrapados en México.  Se quedan sin nada a merced de la violencia de bandas criminales y de las agresivas políticas migratorias de los estados, que les deniegan la protección a la que tienen derecho.

"Esto es triste, inhumano y asqueroso; uno no puede ir al baño porque están a rebosar y la peste lo inunda todo", relata Aurora, paciente de MSF, inmigrante procedente de Nicaragüa, retenida en la estación migratoria de Acayuyan, en el estado mexicano de Veracruz. Su testimonio refleja la dureza de las condiciones de vida en la que miles de personas esperan ser atendidas por las autoridades estadounidenses para pedir asilo, sin garantía, tan solo, de poder llegar a realizar el trámite.

"Me inunda la tristeza"

"Desde que llegamos, me di cuenta de que es una cárcel", añade la inmigrante, que concluye: "Me inunda la tristeza, si nos van a matar, por lo menos que sea viendo el cielo, sintiendo el aire, siendo libres, pero no quiero morir aquí peor que un animalito, peor que una cosa, peor que nada". Como Aurora, miles.

Van de un infierno a otro, de la violencia extrema en el país de origen a la violencia en el país obligado a brindarles protección. Se enfrentan a una "combinación de barreras" -reza el informe- que  pone en peligro la salud física y mental de las personas con secuelas profundas de por vida.

Como las que explica Martín, psicólogo de MSF en el centro de atención integral que la organización tiene en Ciudad de México: "Tuve una paciente que había sufrido numerosos abusos. Me contaba cómo veía su cuerpo desdoblado. Había una parte del alma que decía que estaba ahí y que nadie podía tocar. Le costaba tener contacto físico con su propio cuerpo y no dejaba a nadie que se le acercara".

Huyendo de la violencia

La mitad de los entrevistados aseguran que la violencia ha motivado la salida de sus países. Una violencia que se reproduce en su vieje y espera en México, sea como asalto, extorsión, agresión sexual o torturas. Las políticas migratorias de EEUU, que devuelven a México a los inmigrantes que han pedido asilo en EEUU para que esperan en el país vecino, les hacen pasto fácil para el crimen organizado.

Un dato del informe ilustra, por revelador, esta realidad: el 75% de los inmigrantes centroamericanos pacientes de MSF obligados a permanecer en la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo relataron haber sido secuestrados durante días con el objetivo de extorsionarles.

"Cuando bajamos del autobús en Nuevo Laredo (México), unos hombres nos secuestraron a mi hermano, ni hermana y a mí", explica José, paciente hondureño de MSF para añadir: "Nos soltaron a él y a mi pero de ella no sabíamos nada y pagamos 5000 dólares de rescate, todo lo que teníamos, pero no la soltaron". Un relato que se repite con frecuencia entre los centroafricanos atendidos por MSF en su largo viaje a través de México.

La organización denuncia que las recientes medidas adoptadas por el Gobierno de EEUU y los acuerdos bilaterales entre los gobiernos de la región suponen el desmantelamiento de facto de las potíticas de protección. La creciente presión de EEUU ha conducido a un giro radical en las políticas migratorias de México. En el 2019, el Gobierno redujo drásticamente el número de visas humanitarias otorgadas.

"Tras años de atención a población centroamericana en tránsito por México y con base en los testimonios y datos de nuestras consultas, tenemos claro que muchos de nuestros pacientes huyen desesperadamente de la violencia en sus países", explica Sergio Martín, coordinador general de Médicos Sin Fronteras en México, que añade: "Necesitan protección, asistencia y la oportunidad de poder pedir asilo y, en lugar de esto, se enfrentan a más violencia en la ruta migratoria y se les prohíbe la estancia en los países donde podrían estar a salvo". "Quedan atrapados y sin ninguna posibilidad de acceder a mecanismos de protección", sentencia.

Montse Martinez
elperiodico.com
Fotos Juan Carlos Tomasi

 

domingo, 9 de febrero de 2020

Interior multa a la PAHC Bages con 20.000 euros por detener un deshaucio

Muchas recordaréis aquella mañana del 25 de marzo del año pasado en que, concentradas como tantas otras veces ante la puerta de una vecina de Manresa – en este caso de la Rachida y su familia- para evitar que los echaran de casa , tuvimos que hacer frente a un desahucio violento, en el que la policía empleó una fuerza a todas luces innecesaria, sembrando el pánico en la escalera y abusando de forma grave de su poder. Casi un año después, nos piden 20.000 euros de multa por poner el cuerpo contra la vulneración del derecho fundamental a un techo digno.

No sólo la violencia policial fue flagrante en ese caso. Rachida tenía un piso de mesa de emergencia confirmado y todo lo que pedía la PAHC Bages era un aplazamiento del desahucio, hasta que el piso que le había sido otorgado fuera finamente entregado a nuestra compañera. Pedíamos, en definitiva, el cumplimiento de la Ley catalana de Vivienda, para que Rachida pudiera vivir con la tranquilidad que debería estar garantizada a cualquier vecina de la ciudad con respecto a un derecho tan básico.

Lejos de actuar de forma sensata y minimizando el daño causado, esto es, parando un desahucio perfectamente evitable hasta que esta familia tuviera garantizada una alternativa habitacional, tanto juzgados, como los Mossos tomaron la decisión de actuar de forma inusitadamente violenta y desahuciar la Rachida de la peor de las maneras, llegando casi a llevarse por delante una menor vecina de la escalera. Prueba de como innecesario fue aquel desahucio, Rachida entró a vivir en el piso de mesa de emergencia a los pocos días. Tanto costaba esperar, pues? Había que este nivel de violencia?

Parece que el Departamento de Interior de la Generalidad de Cataluña, que ha venido aplicando de forma casi sistemática la fuerza policial en ciertos desahucios durante el mandato de Miquel Buch, no tuvo suficiente con aquel despliegue policial. Pues, meses más tarde, nos encontramos como la represión ataca de nuevo a la PAHC Bages, y esta vez con más rabia que nunca. Hasta el punto de que tres compañeras tienen un procedimiento penal abierto por atentado a la autoridad y desobediencia y las 30 personas que resultaron identificadas ese día están recibiendo multas administrativas de 601 Euros por cabeza, en aplicación de la Ley Mordaza española, que Naciones Unidas ha pedido reiteradamente que se retire por atentar contra las libertades políticas.

En total, a las luchadoras por la vivienda de la PAHC Bages nos piden cerca de 20.000 euros, una cantidad desorbitada que tiene como objetivo claro desactivar seleccionados, en un nuevo golpe represivo de un gobierno que no sólo no garantiza el derecho a la vivienda sino que, además, se permite el lujo de castigar a las personas que luchamos día a día en la calle para hacerlo efectivo.

Desde PAHC Bages y la organización antirrepresiva Alerta Solidaria, que acompaña el caso, anunciamos que no acataremos estas multas y hemos presentado un recurso, pero sobre todo, advertimos que no vamos a permitir que corten las alas de la solidaridad a golpe de multa. Hacemos saber al departamento de Interior que nos seguirán encontrando en las puertas de nuestras vecinas, defendiendo una vida digna, y que no habrá ningún golpe represivo que pueda detener nuestra fuerza y la voluntad de construir un mundo nuevo y justo.

Es por ello que exigimos:
  • La derogación con carácter inmediato y retroactivo de la Ley Mordaza por parte del gobierno español de coalición entre PSOE y Unidas Podemos.
  • El cese inmediato del consejero de Interior, Miquel Buch, como responsable de la política de desahucios con actuaciones violentas por parte del cuerpo de Mossos.
  • La retirada de las denuncias, absoluta y totalmente injustificadas.
  • Que el gobierno de la Generalidad de Cataluña deje de incumplir, de una vez por todas, su propia ley de vivienda, y que no se produzca ningún desahucio más.
afectadosporlahipoteca.com