Es el título de uno de los grandes westerns crepusculares
de los años 70. Lo dirigió el gran Richard Brooks. Era la historia de
una brutal carrera de caballos que recorre 700 millas llenas de trampas,
traiciones, deslealtades, puñaladas por la espalda y violencia de toda
clase. La única mujer participante, la indomable señorita Jones (una
enérgica Candice Bergen), es quien le explica al sobrio y noble Sam
Clayton (un inolvidable Gene Hackman) la mejor filosofía para ganar:
pase lo que pase, muerde la bala y sigue corriendo. Pedro Sánchez, sus
socios de gobierno, sus apoyos parlamentarios, los nacionalistas, los
independentistas y la izquierda en general harían bien en volver a verla
y adoptar esa filosofía: pase lo que pase, más les vale morder la bala,
porque lo importante es continuar y ganar la carrera.
La derecha colocó una trampa para osos en el Congreso de
los Diputados. Convencidos de que España es suya, fueron a demostrar que
el hemiciclo también les pertenece y solo hablan ellos y quienes ellos
quieren. No supuso ninguna sorpresa. Lo sorprendente es que la izquierda
siga cayendo en ella con tanta facilidad. Esperemos que hayan aprendido
la lección, porque esa trampa para osos va a seguir instalada en la
Carrera de San Jerónimo durante toda la legislatura. Si el futuro
gobierno continúa cayendo, antes o después, lo acabarán cazando.
La trampa funciona así. España se rompe porque no
gobierna la derecha y únicamente deja de romperse cuando gobierna la
derecha, así que lo único verdaderamente democrático consiste en
dejarlos mandar y los verdaderos patriotas son aquellos que les permiten
estar en el poder. Como comprenderán, es imposible ganar esa discusión,
porque todo acaba en la derecha y solo vale lo que ellos dicen. Si no
gobiernan ellos, que son los únicos que deben hacerlo porque son los
verdaderos patriotas, solo pueden estar gobernando aquellos que sean
desleales, traidores, villanos, asesinos o sus cómplices.
Acabamos de comprobarlo en la sesión de investidura. Este
gobierno trae muy buenas noticias para los pensionistas, para los
empleados precarios, para las mujeres, para los colectivos discriminados
por su opción sexual, para los estudiantes, para los jóvenes, para los
trabajadores de los servicios públicos, para los familiares de las
víctimas de la represión o para aquellos preocupados por el cambio
climático. Pero apenas se lo contaron o explicaron porque estábamos
todos muy ocupados intentando explicarle a la derecha que España no se
rompe y escandalizándonos como monjas por las barbaridades y la mala
educación acreditada por una derecha que va a berrear y a patalear para
poder quejarse después y echarle la culpa a la izquierda de que se grite
y se patalee.
A ver si nos vamos enterando, España y su Congreso son su
puticlub y los demás, o somos camareros, o somos putas y pueden
tratarnos como les salga de sus santas partes, porque para eso pagan.
Eso es así y solo lo va a cambiar la fuerza de los hechos y las
políticas. Embarcarse en la discusión sobre si se rompe o no España
supone una pérdida de tiempo. Ponerse melodramático o competir con sus
insultos, pataleos y aplausos equivale a regalarles gasolina para el
incendio. Y lamentarse por la crispación o escandalizarse porque apelen
al transfuguismo o presionen para provocarlo es seguirles el juego.
No hay que distraerse con el ruido o la violencia verbal.
La segunda ley de la termodinámica establece que en un sistema aislado
la entropía nunca disminuye. Dejándolos solos, acabarán devorados por su
propia furia. No hay que dilapidar fuerzas escasas en una guerra de
propaganda que resulta imposible ganar. La crispación se mata a abrazos;
el populismo ultra, con políticas y en tiempos de melodrama, lo
verdaderamente revolucionario es el humor. Dejad de espantaros por el
ruido que ellos mismos producen para convertirlo en el problema. Morder
la bala y tirar para adelante es hoy una victoria en España.
https://federacion.republicanos.info/2020/01/07/muerde-la-bala-por-anton-losada/
Está claro que España sigue siendo su cortijo desde 1939, ese es el mayor problema, que todo lo que suene a nuevo lo tratarán de destruir para mantener al precio que sea un régimen que los ha enriquecido y lo sigue haciendo. Gracias Berta por difundir reflexiones tan interesantes!!
ResponderEliminarEsa gentuza vive de eso, no lo van a soltar. Como dice Losada, hay que dejarlos solos, aislarlos, no hacerles propaganda como hacen los medios en España, ni darles voz, combatirlos con políticas y tirar para adelante. Morder la bala. Gracias Francisco.
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