El
próximo 24 de marzo la ejemplar democracia española celebrará una nueva
farsa, un juicio por otro montaje policial y judicial que sólo busca
esconder otro caso de torturas por parte de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado. La fiscalía pide 1 año y 6 meses de cárcel, además
de 770 euros de multa, a nuestro compañero Ruymán Rodríguez por
supuestamente haber dado una patada a un guardia civil en el cuartelillo
donde se le retenía y torturaba después de una detención ilegal.
El juicio se enmarca, sospechosamente, en una ola represiva agravada que ha acabado con Pablo Hasel y Elgio
condenados por sus letras, y con varios detenidos en las protestas que
se han organizado como consecuencia de ello en varias ciudades del
Estado. Frente al aumento de la desigualdad, la ausencia de futuro y
oportunidades y la incertidumbre, la respuesta del Estado es armarse y
dar palos. Al mismo tiempo, en Canarias, el gobierno «más progresista de
la historia» encierra a miles de migrantes en auténticos campos de
concentración bajo condiciones inhumanas, vulnerando sus derechos como
seres humanos. Mientras, se reproduce el discurso fascista, generando un terreno propicio para su crecimiento y normalización.
No
esperamos nada de un sistema judicial que nunca irá contra sus propios
agentes. Y mucho menos cuando es un anarquista a quien juzgan. A la
fiscalía le basta un montaje cutre y torpe de unos guardias civiles que se asustaron cuando nuestro compañero comenzó a vomitar sangre.
Les da igual que la detención haya sido ilegal: todo es parte de los
esfuerzos del Estado, con la colaboración de algunos medios afines, para
tumbar el proyecto autogestionario de «La Esperanza», que durante 9
años ha dado cobijo a más de 200 personas y que se ha replicado en otros
puntos de la isla.
Hemos destapado las miserias de las
instituciones por encima de sus expectativas. Hemos realojado a más
personas en Canarias que las administraciones públicas juntas y hemos
politizado y organizado a «esa chusma y esa gentuza», como les llamaban
los guardias civiles mientras torturaban a nuestro compañero. Por eso,
en su torpeza e ignorancia, procesan a nuestro compañero; porque creen
que una vez decapitada, la serpiente se morirá. Lo que no entienden es que la FAGC y el SIGC no funcionan con líderes.
No les cabe en su cuadrada cabeza de funcionarios jerarquizados que
somos la respuesta organizada de la necesidad de miles de personas que
ninguna de sus leyes y cuerpos represivos logrará aplacar: la vida y la
dignidad.
Nos negamos, no obstante, a que nuestro hermano acabe
en la cárcel por haberse dejado literalmente la salud y la vida para que
cientos de familias tengan techo, para que reciban atención sanitaria,
para que coman. Nos tendrán en frente. Por ello las afiliadas del
Sindicato de Inquilinas de Gran Canaria llamamos a todos los colectivos e
individuos del Estado y el resto del mundo a mostrar su solidaridad con
nuestro compañero. Porque su lucha, como la de tantas otras que ya
están en la cárcel, es la de todas y su destino puede también ser el de
todas.
¡¡Libertad para Ruymán!! ¡¡Basta ya de represión policial!!
Sindicato de Inquilinas de Gran Canaria
Federación Anarquista de Gran Canaria
Viene de La Tarcoteca contrainfo
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