Vivimos en un mundo donde denunciar una violación se convierte en otra
violación peor. Porque el que debería protegerte te llama puta aunque no
lo diga. Cuestiona tu ropa tus gustos tus horarios. Cuestiona tu
cuerpo. Tus hábitos, tu concha.
NO SEÑORES. Lo que deberíamos cuestionar es la clase de hombres de
mierda que estamos criando como sociedad. De esos que agarran una mina y
se la pasan entre todos como si fuera una botella de cerveza hasta que
ya no queda nada. O sí. Quedan los restos.
Extracto del texto de Zuleika Esnal
De luzpolardelartico.blogspot.com.es
De elventano.es
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