Rokovoko. Una isla muy lejana hacia el oeste y el sur. No está marcada en ningún mapa: los sitios de verdad no lo están nunca. Hernan Melville.

domingo, 25 de septiembre de 2022

Ser mujer en el Afganistán de los talibanes. "29 miradas", una exposición fotográfica virtual (enlace en el texto)


 Un total de 29 son las prohibiciones que los talibanes impusieron a las mujeres afganas durante su primer mandato en los 90 y que ahora, 20 años después, recuperaron tras su vuelta al poder el pasado 15 de agosto de 2021. Estas prohibiciones, que van desde no poder estudiar a siquiera poder hablar con un varón que no sea de la familia, han quedado plasmadas en la exposición artística virtual '29 miradas' que en noviembre se inaugurará en formato físico en Segovia

 Antonio Pampliega "Aunque reconoce que la llegada de los talibanes ha deteriorado muchísimo la situación de la mitad de la población, Pampliega apunta que "creer que las mujeres eran libres antes de los talibanes es una ilusión".

  "La crisis económica que vive el país está empujando a muchas familias a vender a sus hijas con menos edad para poder sobrevivir", explica Pampliega. Tras ello, las chicas se ven reducidas a la mínima expresión y en muchas ocasiones acaban suicidándose para dejar atrás todo el dolor y el maltrato.

En la exposición se plasman otras grandes problemáticas de la sociedad afgana con imágenes reales de violencia contra la mujer, matrimonio forzoso o suicido femenino.

ley Sharia, una interpretación estricta de la ley islámica que se ceba con las mujeres. Y estas son algunas de sus principales normas:

 

No pueden trabajar.

No pueden ir a la escuela o a la universidad. Sólo a centros religiosos talibanes.

Tienen que cubrirse la cara en público.

Deben salir acompañadas de un hombre si quieren salir de casa.

No pueden asomarse a sus ventanas.

No pueden reírse en público porque los hombres no pueden escuchar sus voces.

No pueden aparecer en ningún medio de comunicación.

Son obligadas a usar un burka que cubra totalmente su cuerpo de pies a cabeza.

No pueden maquillarse ni pintarse las uñas (ha habido casos de mujeres a las que les han amputado los dedos por hacerlo).

Serán lapidadas públicamente si mantienen relaciones sexuales fuera del matrimonio.

No pueden enseñar los tobillos.

No pueden hacer deporte.

No puden usar tacones.

No pueden usar baños públicos.

En definitiva, apenas pueden vivir. Y si se rebelan… humillaciones, palizas públicas o ejecuciones. También apedrean a las mujeres que son acusadas de adulterio o les cortan las manos a las que son acusadas de robar.

Foto Manuel González

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