Rokovoko. Una isla muy lejana hacia el oeste y el sur. No está marcada en ningún mapa: los sitios de verdad no lo están nunca. Hernan Melville.

lunes, 12 de agosto de 2019

Oscar Camps, fundador de Proactiva Open Arms y la criminalización de las oenegés.





Mientras el Egeo se convertía en tumba, el director de Frontex, Fabrice Leggeri, máxima autoridad policial de las fronteras exteriores de la UE, se hartaba de repetir que las oenegés favorecían el 'efecto llamada' y la entrada de terroristas. "Me llenó de rabia al ver la inacción deliberada –admite Camps–. La UE había decidido mirar hacia otro lado".


Rebobina al  2012, cuando Alemania –alarmada por los ocho nacimientos por cada mil habitantes– concluyó que necesitaba un millón de personas, y zas, en el 2015 Merkel aparece dispuesta a 'jugarse el cargo', recibiendo a los refugiados con los brazos abiertos. "Cuando se invirtió la pirámide poblacional –echa cálculos–,  se firmó el acuerdo con Turquía y cerró puertas. ¿Quién generaba el 'efecto llamada' del que hablaba Leggeri?".


Italia, receptora de la mayor presión migratoria, entra en precampaña. Si seguían desembarcando inmigrantes, la ultraderecha tendría argumentos. "Para que Italia dejara de rescatar, Europa debía empoderar a Libia, defender que actuaba dentro del derecho internacional y que su Guardia costera era capaz de resolver problemas en 350.000 kilómetros cuadrados de agua".
Podía colar, salvo que Naciones Unidas afirmaba que Libia no era segura y que contravenía el convenio marítimo. También levantó la voz el responsable de la International Maritime Organization (IMO), aunque duró poco en el cargo. Solo quedaban las oenegés, con periodistas y políticos a bordo, que se encargaban de denunciar que la UE pagaba "a un grupo armado para que interceptara las pateras en aguas internacionales y, contra su voluntad, los devolviera en caliente a Libia, donde los esclavizan, violan y torturan".
Libia, sostiene Camps, se convertía en "el campo de concentración de Europa".
De las críticas, dice el fundador de Proactiva, pasaron a intentar cortar la fuente de financiación. Les empiezan a llover insultos ultras y son objeto de 'fake news'. Que si iban a las playas libias a cargar gente, que si pagaban sistemas de comunicación para estos operativos, que si los financiaba George Soros y la Mafia.
Las oenegés eran 'traficantes' y punto.

Los supervivientes que antes relataban haber sido víctimas de violaciones múltiples, pero haber comido, ahora explicaban haber sufrido lo mismo, pero sin alimentos ni agua, con sarna y encerrados en sótanos. "Por primera vez los rescatados no llegaban a tierra. Morían a bordo".

Camps, que ya recibía amenazas de muerte en cinco idiomas
"Quien realmente está traficando es la propia UE", zanja Camps. "Pagan grandes cantidades para modificar flujos, retener personas y, cuando estos gobiernos exigen más y no reciben, miran hacia otro lado y abren las puertas". Sería el caso, sostiene, de Mohamed VI, que deja salir a jóvenes del Atlas al ver que Erdogan y el presunto Gobierno de Trípoli hace caja, y él no. "¿Europa le tiene que pagar ahora 180 millones para que no salgan más? ¡Eso se llama 'tráfico-de-personas', no tirarse al agua para sacar gente!".

Mientras los ministros driblan, la Guardia Civil es el mando único en inmigración y la UE negocia el flujo humano con el Gobierno de Trípoli ("un grupo armado que ni siquiera tiene el control de Trípoli, al que han decidido reconocer como a Guaidó en Venezuela"), salen de Libia 24.000 millones de dólares de petróleo, "el 74% más que el año anterior". Saquen ustedes sus conclusiones.





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 https://www.elperiodico.com/es/mas-periodico/20190209/oscar-camps-acusa-a-europa-7288269
Oscar Camps saca los colores a Europa, Nuria Navarro, elperiodico.com.

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