Un miembro de Open Arms abraza a Josephine, una mujer camerunesa
conmocionada por pasar varios días abrazada a un trozo de madera y
rodeada de cadáveres tras el naufragio de la patera en que viajaban. /
La Italia de Salvini, la España del desaparecido Sanchez y el resto de países europeos que guardan silencio, así como la ciudadanía europea de vacaciones sin reaccionar ni hacer NADA, muchos por el Mediterráneo, somos cómplices de esta vulneración tan bestia de los Derechos Humanos más básicos que nuestros antepasados nos enseñaron y legaron.
Lo pagaremos antes o después, de una forma u otra, pero sin duda esto nos destruye como conjunto de países civilizados.
Se me ha caído el velo con respecto a cómo somos y qué es Europa.
El único delito de estas personas es ser pobres.
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