Rokovoko. Una isla muy lejana hacia el oeste y el sur. No está marcada en ningún mapa: los sitios de verdad no lo están nunca. Hernan Melville.

sábado, 25 de julio de 2020

Caso Wanninkhof, La construcción de la lesbiana perversa, por Beatriz Gimeno

El 9 de octubre de 1999, una adolescente de 17 años, Rocío Wannikhof, fue brutalmente asesinada en la localidad malagueña de Calas de Mijas. Sin pruebas fehacientes y objetivas que la incriminaran, la Guardia Civil detuvo semanas más tarde a una mujer, Dolores Vázquez, de quien luego se supo que había sido pareja y convivido varios años con Alicia Hornos, madre de la adolescente asesinada. Después de un proceso en el que, injustificadamente, se le negó a la acusada la libertad condicional, tras una farsa de juicio y de un verdadero linchamiento colectivo en el que participaron el aparato judicial, la prensa y buena parte de la sociedad, Dolores Vázquez fue considerada culpable por un jurado y condenada, sin ninguna prueba objetiva, a una larga pena de prisión. El caso no se quedó allí porque diecisiete meses más tarde, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía declaró nulo el juicio y la sentencia al considerar que se había condenado sin pruebas y sin que en ningún momento se respetase la presunción de inocencia. 

 Mientras se esperaba un nuevo juicio, otra adolescente fue asesinada en una población cercana y en circunstancias similares a las de Rocío Wannikhof. El ADN masculino encontrado en las uñas de la nueva víctima era idéntico al que aparecía en una colilla encontrada junto a cadáver de Rocío y que nadie se había molestado en utilizar como prueba o, al menos, como elemento que introducía dudas respecto a la culpabilidad de Dolores. Finalmente apareció y confesó el doble asesino, por cierto, un varón, de nacionalidad inglesa y con amplios antecedentes penales por maltrato a mujeres. Finalmente, Dolores Vázquez fue definitivamente exonerada no sin pocas reticencias judiciales. De hecho, la madre de Rocío (y antigua pareja de Dolores, no lo olvidemos) siguió y sigue insistiendo en su complicidad en el crimen. Al salir en libertad, esta mujer había pasado diecisiete meses en la cárcel, detenida, acusada y condenada sin pruebas. 

 ¿Por qué semejante injusticia contra una persona que no tenía ningún tipo de antecedentes penales y que, hasta el momento de ser señalada como asesina, llevaba una vida ajena a toda clase de conflictividad y gozaba del reconocimiento de sus convecinos, incluida la familia de Rocío? ¿Por qué, una vez detenida todo esto cambia para desembocar en un verdadero linchamiento colectivo en el que los Medios de Comunicación tuvieron una participación determinante, con la consiguiente responsabilidad en los padecimientos de esta mujer inocente? 

Estas son las preguntas a las que intenta responder este extraordinario libro. Pero no nos llamemos a engaño: no estamos ante una investigación periodística al uso, que rebusca los entresijos de la historia para detenerse en el detalle o para buscar el sensacionalismo del impacto emocional. Nada de eso. Lo que hace aquí Beatriz Gimeno es un análisis a fondo, no sólo de los hechos, que ocupan una parte mínima del libro, sino –fundamentalmente- de las razones que llevaron a toda una sociedad, incluidas sus principales instituciones, a reclamar y conseguir la condena de una mujer sin una sola prueba que se aproximara siquiera a cuestionar la presunción de inocencia. 

 La respuesta que la autora da a esta cuestión es socialmente demoledora: Dolores Vázquez fue señalada, acusada y condenada no sólo por su condición de lesbiana sino también por algo que resultaba y resulta intolerable para el ala más conservadora de nuestra sociedad: había convivido y formado familia con Alicia Hornos. Más aún, existía el reconocimiento general de que Dolores prácticamente había criado a Rocío y a sus hermanos.Como dice claramente la autora:

  ...nada de lo que sucedió hubiera podido suceder de la misma manera de haber sido ella heterosexual (...) Para que esto sucediera fue necesario que la opinión pública creyera sin lugar a dudas en su culpabilidad y ése fue el papel que jugaron los medios de comunicación. (17)

 ¿Y cuál fue la finalidad del linchamiento de esta mujer, más allá de la necesidad de encontrar al asesino? Tampoco aquí Beatriz Gimeno se muerde la lengua: “...mantener la hegemonía del régimen de la sexualidad: la heteronormatividad y, bajo ésta, también el régimen de género; y esto se hizo mediante el uso de la violencia simbólica”. Con este fin: 

 Se construyó uno de los mayores disparates judiciales de nuestra época y un ejemplo paradigmático y digno de estudio, entre otras cosas, del papel que juegan los medios de comunicación en la (re)producción de las creencias que se asientan en los modelos sociales, en este caso, el heterosexismo, la lesbofobia y el sexismo (18) (subrayado nuestro)

 Y eso es, precisamente, lo que se hace a lo largo de este libro: examinar a fondo –y desmontar- los mecanismos que los guardianes de la corrección social o de la normalidad ponen en marcha para estigmatizar a las conductas sexuales que el Orden Sacrosanto considera distintas, otras, desviadas, y analizar cómo la prensa –en este caso, el corpus lo constituyen El País, ABC y El Mundo- colabora en ese proceso de exclusión, poniendo en marcha distintos mecanismos de estigmatización que van desde la invisibilización social a la construcción del monstruo vampírico y corruptor, desde la hipocresía de la corrección política a la más recalcitrante homofobia y misoginia manifestada burdamente por algunos columnistas, el más indigno de todos, Juan Manuel de Prada. 

Beatriz Gimeno lleva adelante su tarea –y la demostración de su hipótesis: en Dolores Vázquez se condenó la homosexualidad- con todas las herramientas disponibles, desde la antropología y la historia a la sociología, pasando –cómo no- por los estudios de género y la hermenéutica feminista y con la influencia de la Escuela de Estudios Culturales. Y todo ello lo hace con pasión, con claridad verdaderamente pedagógica (que tanta falta nos hace) y con muchísima inteligencia y talento.
Adrián Huici Módenes

 texto completo
http://revistacomunicacion.org/pdf/n6/resenas/2_la_construccion_de_la_lesbiana_perversa.pdf

Miniserie de RTVE completa
https://www.rtve.es/television/caso-wanninkhof/


Ni olvido ni perdono.

No hay comentarios:

Publicar un comentario